Resumen
Este artículo
expone la historia parcial de la pintura rupestre conocida como
"Pictografía de Quebrada Palo", cuya descripción más conocida,
una imagen distorsionada copiada de la pintura original, ha sido ampliamente
difundida y usada en estudios de arte antiguo peruano. En el texto se hace
hincapié en la complejidad del arte rupestre peruano y de la necesidad de
realizar extensivas contrastaciones de las imágenes conocidas de este material
con las muestras originales; además de que se requiere la exposición explicita
de la metodología usada en el logro de las reproducciones de estas imágenes.
summary
Résumé
Cet article décrit l'histoire partielle de la peinture rupestre connu comme«pictogrammes Gulch Palo", dont les plus connus description, une image déformée copié de la peinture originale a été largement diffusé et utilisé dans les études de l'art péruvien ancien. Le texte insiste sur la complexité de l'art rupestredu Pérou et le besoin de contrastes étendue des images connues de l'échantillonoriginal, plus il exige une exposition explicite de la méthodologie utilisée dans la réalisation des reproductions de ces images.
PALABRAS
CLAVES
- Topografía: Es la ciencia que estudia el conjunto de principios y procedimientos que tienen por objeto la representación gráfica de la superficie de la Tierra, con sus formas y detalles, tanto naturales como artificiales (verplanimetría y altimetría).
- Petroglifos: Son diseños simbólicos grabados en rocas, realizados desbastando la capa superficial. Muchos fueron hechos por nuestros antepasados prehistóricos del periodo neolítico. Son el más cercano antecedente de los símbolos previos a la escritura.
- Ideográficas: Es la representación con un conjunto de caracteres que representan una idea, sucesora de la pictografía.
- Andenes: Son bancales o conjuntos de terrazas escalonadas construidas en las laderas de las montañas andinas y rellenadas con tierra de cultivo. La mayoría de los andenes existentes datan de los tiempos precolombinos.
- Eólica: Es la energía obtenida del viento, es decir, la energía cinética generada por efecto de las corrientes de aire, y que es transformada en otras formas útiles para las actividades humanas.
Las lomas de Lachay, como las lomas costeras
en general, han sido utilizadas por el hombre desde hace mucho tiempo, así lo
muestran vestigios correspondientes al año 10,000 antes de Cristo (Saito 1977,
Dourojeanni y Ponce 1978). Diversos estudios han demostrado por lo menos seis
olas de ocupantes para estas lomas, que van desde los primeros recolectores y
cazadores hasta los pastores contemporáneos. Los restos arqueológicos más
importantes encontrados corresponden a Chavín, Tiahuanaco, Mochica, Chimú,
Chancay y, finalmente, el imperio Incaico.
Según algunas crónicas, los españoles
llegaron por primera vez a Lachay en 1533 durante uno de los viajes de Hernando
Pizarro e hicieron de éste uno de sus lugares de descanso. A partir de la
conquista, y durante los periodos colonial y republicano, las lomas fueron
degradándose principalmente a causa del sobre pastoreo de ganado doméstico
introducido y la extracción de madera. En 1909 la demanda de madera para la
construcción del ferrocarril Ancón-Huacho-Barranca agravó este problema. Este
ecosistema sufrió también importantes alteraciones durante el S. XX a causa de
la cacería desmedida.
Entre los restos históricos encontrados en el
área de la Reserva Nacional de Lachay, destacan los petroglifos o pinturas ideográficas
precolombinas, ubicadas principalmente en el sector norte de la reserva.
Existen más de 40 de estas pinturas en Lachay, pero no han sido, hasta el
momento, debidamente estudiadas ni inventariadas.
En las quebradas de Lachay se pueden observar
sistemas de terrazas o andenes de
piedra que posiblemente sirvieron para el desarrollo de la agricultura de
pueblos asentados en la zona. Éstos parecen corresponder al periodo Lapa Lapa,
que se desarrolló hace 2000 años.
Las lomas, en general, también sufrieron la
influencia de las grandes culturas regionales, entre ellas Chavín, Tiahuanaco,
Mochica, Chimú, Chancay y el imperio incaico. En su mayoría, los puquiales u
ojos de agua se encuentran reforzados con estructuras de piedra, lo que muestra
el manejo del agua que practicaban los antiguos pobladores del área.
Hace 2500 años, la influencia de Chavín cedió
el paso a la de Tiahuanaco, dando lugar a un periodo poco conocido, el Teatino.
Sus tumbas, existentes en gran número al pie de las lomas de Lachay en el
sector noroeste, han sido saqueadas, dejando escasas posibilidades a su
investigación; sin embargo, los restos de ceramios y tejidos encontrados son
muestra de las actividades económicas principales de los habitantes de este
periodo. Flora
El arte rupestre
de Lachay, la quebrada palo
Lachay es el
topónimo con el cual se conoce un extenso paraje semidesértico ubicado entre
los ríos Huaura y Chancay al norte de Lima (Ver FIGURA 4), el cual se
caracteriza por presentar una topografía
de colinas y afloraciones rocosas
ascendentes aproximadamente hasta los 700 metros de altura; en una zona
ecológica de flora y fauna estacionaria conocida como "lomas".
En este territorio son estas afloraciones rocosas, muchas de ellas con una
marcada erosión eólica, las que han
servido de soporte a las pinturas rupestres. Estas pinturas se encuentran
también locacionalmente asociadas a numerosos sitios arqueológicos con los
cuales la zona conforma un muy importante complejo antiguo local.
Sin embargo, debido principalmente a la falta de investigación arqueológica
sistemática, este material no ha sido extensamente integrado a una secuencia
cronológica mayor o asociado directamente a una cultura específica por lo que
ha permanecido disgregado y ha sido frecuentemente mostrado como un objeto
individual; lo cual esta claramente reflejado en las reproducciones actuales
del caso en discusión (Cf. Guffroy, 1999; Hostnig 2003), claramente
dependientes de los gráficos y registros de 1963(2), y/o trabajos fragmentarios
en el sitio (Núñez Jiménez, 1986). No obstante esto, nuestros estudios en
el sitio, y en el examen de al menos 4 sectores de pinturas dentro de lachay,
un excluyente y singular sistema ecológico, demuestran que estos materiales
estuvieron efectivamente asociados y correspondían con toda probabilidad a una
tradición pictórica local. Esta fue caracterizada principalmente por la técnica
de ejecución y el uso mayoritario de la tonalidad rojiza en las pinturas
examinadas; además de una tendencia al uso de varios colores. De acuerdo
a estos trabajos y utilizado el color como una variable discreta, pudimos
establecer una distinción general de cuatro "grupos" pictóricos los
cuales incluían, "por defecto", una importante variación de series
formales integrados sobre la base general de su cromía; a lo que le sumamos una
distinción temporal de 4 etapas consecutivas con lo que pretendimos darle
cierta profundidad cronológica a las pinturas (Echevarría, 1996). El
resultado de este arreglo, sobre la base de una sola variable y ciertos
indicadores externos, implicó de hecho una reevaluación directa de la
composición escénica de las pinturas; lo cual fue advertido claramente en la pintura
L/FI/P1c o "Pictografía de Quebrada Palo", la cual mostró una
superposición evidente con pinturas elaboradas en color blanco (Serie B, grupo
Blanco, Echevarría 1996), la cual no tiene paralelo en otras muestras locales
conocidas. Aunque para nosotros fue evidente la multitemporalidad de esta pintura, es posible advertir ahora, mejor
que antes, que existe un arreglo mucho más complejo que el de la superposición
misma, y que además implica a otras pinturas que se encuentran en este mismo
soporte; el cual en conjunto incluye al menos 7 escenas diferentes ubicadas en
secciones discontínuas de la roca. Como es evidente, la determinación de
la secuencia y la naturaleza de la "Pictografía de Quebrada Palo"
tienen consecuencias en la interpretación de su naturaleza y significado, lo
cual se hace más explicito en la siguiente descripción.
Estableciendo
una nomenclatura compuesta, planteamos una secuencia consecutiva de pinturas
identificadas en los paneles de derecha a izquierda a partir de la letra
"a", siendo la "Pictografía de Quebrada Palo" la del Panel
1c. Es decir la tercera dentro de una concavidad particular (FIGURA 6) Como se puede ver en la FIGURA 7, la "Pictografía de Quebrada
de Palo" (L/FI/P1c) es claramente una escena compleja formada por al menos
14 motivos independientes algunos de ellos compuestos; los cuales, como veremos
sucintamente, presentan una gama interesante de variaciones en la técnica de
ejecución, la forma y claramente el estilo.
En relación a la técnica de pintura, esta puede simplificarse separando
dos grupos a partir del uso del color, con una diferenciación evidente entre el
tipo de aplicación que puede ser reconocida; destacando el uso de los trazos
gruesos y la pintura en área preferentemente para los motivos blancos (Motivos
1, 2, 3, 4, y 5). De acuerdo a la forma
las diferencias son mayores, así es posible separar los motivos blancos de los
rojos en base a su composición de tendencia geométrica y compuesta (ver FIGURA
7). Mientras los motivos rojos conforman claramente dos grupos, el principal
caracterizado por motivos lineales de tendencia vertical y líneas cortas
transversales, y el segundo, formando motivos espiralados, sinuosos y semiesféricos (Motivos 12, 13, y
14). Estilísticamente las diferencias
también separan la composición en tres grupos, el blanco con una muy clara
tendencia al arreglo compuesto y la simetría, y los rojos con un predominio de
verticalidad lineal geométrica, contra los motivos que muestran principalmente lineaturas curvas y agrupamientos
compuestos. Hasta aquí no estamos
afirmando que estos tres grupos no sean culturalmente contemporáneos, pero si
es posible que presenten una secuencia de tres fases en su realización
completa. De acuerdo a nuestra primera distinción es evidente que los motivos
blancos (el primer grupo en este soporte) son más tempranos, seguidos por los motivos
rojos bajos lineales (el segundo grupo); y siguiendo el análisis precedente, es
posible que el resto de motivos, que deben incluir un tercer grupo final, sean
los más tardíos (Ver FIGURA 8). El
arreglo de la secuencia en tres fases se puede respaldar si se considera el
punto de observación primario enfocado en el centro de la concavidad donde se
ubican los motivos rojos de líneas verticales, los cuales están claramente
superpuestos a las motivos semi rectangulares y circulares blancos en posiciones
simétricas. Los motivos rojos del tercer grupo, aquellos que presentan líneas
de tendencias curvas ocupan claramente áreas marginales al centro de la
concavidad en relación a los demás motivos (Ver FIGURA 2). Si examinamos más detenidamente las escenas y
motivos exteriores, es obvio que la mayoría de motivos lineales verticales no
forman asociaciones directas con los del otro tipo (los de líneas curvas), es
decir al menos logrando composiciones formalmente integradas. Por el contrario,
este tipo de motivos es claramente una
unidad formal por si misma la cual presentan vínculos notables con el motivo de
clave P2a y los motivos bajos de la
escena P3b (ver FIGURA 9); lo cual también pasa, en sentido excluyente con otras
formas definidas como la de las escenas P1a y P2b. Todos los demás motivos presentan también
asociaciones bastante coherentes, como el motivo P3a con los motivos asociados
a la escena P1a; y en extenso es posible que el motivo superior de la escena P3b,
esquemática naturalista antropomorfa (Ver FIGURA 9), este relacionada a los
motivos del tercer grupo de nuestra pintura en estudio (Ver FIGURA 8).
Aunque
dada la técnica y el color característicos es posible que estos grupos, el de
las formas lineales rígidas y el de las sinuosas, correspondan a una misma
entidad cultural; es claro para nosotros que estos presentan diferentes
tendencias figurativas, diferentes tendencias locacionales(3) y posiblemente
también diferencias temporales significativas.
Si
nuestro análisis es correcto, entonces estamos confirmando parte de nuestra
investigación expuesta en 1996, y la diferenciación entre grupos es
contundente. Solo para este farallón la diferenciación es más compleja e
incluye un tercer grupo, al menos mas tardío en la "Pictografía de Quebrada
Palo" (P1c), y de clara
personalidad formal estilística.
La pintura de quebrada palo, algunas implicancias
Aunque
esta representación de la pintura fue utilizada como el ejemplo clásico de este
tipo de arte rupestre de la costa(4), el
uso más relevante de este dibujo fue realizado por Jean Guffroy en el
libro "El arte rupestre del antiguo Perú" (1999) en el cual el autor
identifica y ubica cronológicamente la pintura en la secuencia general de arte
rupestre del Perœ que propone en su trabajo.
Basado
en su inclusión dentro del estilo "esquematizado y geométrico", que
atribuye a la pintura, y su similaridad con las decoraciones lineales incisas
de la cerámica "teatino" del norte de Lima, Guffroy ubica grosso modo
la pintura entre los periodos Horizonte Medio e Intermedio Tardío de la
cronología arqueológica peruana (aproximadamente 800 y 1200 dC.) y en forma
tácita vinculados culturalmente a los productores de esta cerámica; suponemos
al menos en el área de ocupación asociada, llamada también "El
Teatin(5)". Aunque el estilo
"Teatino" en efecto incluye ciertas similaridades genéricas a nivel
formal respecto de la decoración lineal incisa, la cual caracteriza a la
cerámica; en general no existe un parecido coherente entre los notables
patrones geométricos definidos en estas decoraciones (Cf. Cuadro 3, 4 y 5.
Villacorta y Tosso, 2000) con la muestra de la "Pictografía de Quebrada
Palo" expuesta en 1962-1963; y menos con la copia obtenida por nosotros en
nuestro trabajo de 1994 (ver GRAFICOS 1 y 3).
Solo a nivel formal, como estamos arguyendo, la comparación es muy
gruesa y puede pecar de incoherente; si ahondamos en detalles es claro para
nosotros que los parámetros comparativos no han sido bien definidos y se ha
basado el análisis, como hemos establecido, en una copia no ajustada con
rigurosidad a la realidad de la muestra rupestre original. La cronología y la asociación cultural de la
"Pictografía de Quebrada Palo" (L/FI/P1c), as’ como las de todo el
complejo de arte rupestre de Lachay, es todaví un problema irresuelto, lo que
se debe obviamente a la falta de investigación sistemática y las dificultades
propias que atañen a este material arqueológico. En nuestra publicación de 1996
indicamos que era probable que estas estuvieran vinculadas a periodos cerámicos
tardíos, supervalorando su asociación cultural más contundente: el extenso
cementerio de tumbas cercano a esta quebrada.
Sin
embargo, es evidente que las apreciaciones sobre la cronología y la asociación
cultural han tenido un claro matiz intuitivo, y estas esperan un análisis más
riguroso y extenso. En este sentido nuevos sitios arqueológicos de arte
rupestre están siendo registrados e integrados en zonas de lomas tales como
Ancón al norte de Lima (ver Inventario Nacional, Hostnig, 2003) y Lúcumo en la
cuenca del r’o Lurín cerca Pachacamac, lo cual sin duda aporta a una
comprensión más integral de este material, el cual ha sido típicamente
reconocido como escaso del litoral peruano y que la evidencia esta negando
paulatinamente.
Conclusiones
Inicialmente
debemos reconocer que la primera representación de la "Pictografía de
Quebrada Palo" fue claramente una interpretación artística de una pintura
sobre roca. Esta integró notablemente en una sola imagen dos escenas separadas
(P1b y P1c) formando así una composición compleja la cual ha tenido desde su
exposición original, una imagen notable y resistente que mostró idealmente la pintura
rupestre de Lachay por primera vez en su historia.
Desde
nuestra perspectiva la imagen no puede considerarse una falsificación o una
tergiversación de la realidad, puesto que esta no estaba destinada mas que a
mostrar una reproducción artificial de un hecho físico; se hizo evidentemente a
mano alzada para denotar la existencia de una imagen antigua, la misma que era
testimonio cultural del pasado. Puesto
que la imagen mostrada no había sido comparada con la imagen original a la hora
de ser usada en investigaciones, es decir se desconocía su naturaleza, esta
constituyó obviamente un recurso limitado y fallido, el cual por consiguiente
desvirtúa las conclusiones, o parte de ellas, que se hicieron basados en la
imagen. Esto es naturalmente una responsabilidad exclusiva del investigador que
utiliza la imagen y no del que la hace.
Aunque las conclusiones derivadas de los estudios sobre una imagen no
confirmada no desvirtúan necesariamente una investigación llevada a cabo sobre
estas, es claro que existe una falencia notable en la rigurosidad de la
confrontación de las fuentes, las cuales, en este caso específico, nunca habían
sido contrastadas. Si esto se extiende a otros motivos o muestras de arte
rupestre es posible reconocer que existe el riesgo potencial de trabajar con un
material dudoso. La confrontación de la
fuente y la necesaria rigurosidad del registro, de acuerdo a parámetros
preestablecidos y expuestos, debe ser evidentemente una norma clara en el
proceder técnico cuando se trabaja con arte rupestre o con cualquier otro
material arqueológico; de lo contrario se corre el riesgo de enfrentar al
investigador a un producto teóricamente falaz, e incierto. Es concluyente que
la naturaleza metodológica del registro debe ser explicita.
Citas
(1) Mármol dividió
descriptivamente la pintura en 4 partes, empezando de izquierda a derecha y
reconociendo secuencialmente: una planta cactácea, signos ("letras
chinas"), una máscara felina con diadema de plumas, y dos pies dibujados
hasta los tobillos. Elementos que pueden ser reconocidos hasta hoy.
(2) Los lugares donde se hallaron pinturas rupestres fueron llamados
"Centros de Quilcas" y nominados de acuerdo al topónimo local:
Quebrada Hierbabuena, Quebrada Palo, Cerro Carbonera, Teatino, Doña María (una
pampa), Huajta Teatino, y Alto Viejo.
(3)Los motivos lineales verticales rígidos se ubican, en todos los casos, en
la parte inferior de las escenas.
(4)La imagen de esta pintura también fue usada para explicar otros desarrollos
culturales, tales como las tendencias ideogramáticas en la evolución de la
escritura peruana (Burns, 1981).
(5)Una zona
caracterizada por poseer un cementerio extenso y algunos sitios de ocupación
asociados. Tello identificó básicamente a este sitio como un cementerio nominándolo
"El Teatino" o "Lachay" indistintamente (Tello 1956:
12). La quebrada donde este se ubica fue llamada "Quebrada de Lachay"
por Toribio Mejía Xesspe en su "Historia de la Expedición Arqueológica al
Marañón de 1937" (Tello, 1956)
Bibliografía
BURNS,
William 1981. Introducción a la clave secreta de los Incas. Boletín de
Lima, Vol. II, 12: 6-15. Editorial Los Pinos. Lima.
ECHEVARRÍA LÓPEZ, Gori Tumi 1996. El arte
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Mayor de San Marcos y el VI Congreso Nacional de Estudiantes de Arqueología.
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales. Lima.
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HOSTNIG, Rainer 2003. Arte
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ecológica. Actas y Trabajos del II Congreso Nacional de Historia del Perú.
Época Pre Incaica. 4 al 9 de Agosto de 1958. Centro de Altos Estudios Militares
del Perú. Lima
NÚÑEZ JIMENEZ, Antonio
1986. Petroglifos del Perú. Panorama Mundial del Arte Rupestre.
PNUD-UNESCO. 2da Edición. La Habana.
TELLO, Julio C. 1956. Arqueología
del Valle de Casma. Editorial San Marcos. Lima
UNIVERSIDAD
NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS1962-1963 Primera Exposición Nacional de Quilcas.
(Presentación por Javier Pulgar Vidal, Director del Departamento de Geografía).
Facultad de Letras, Departamento de Geografía. Lima.